En el pequeño coliseo, el sonido de las palmadas resuena amplificado, acompañando cada movimiento de los contendientes que, a veces desorientados y otras con determinación, se dirigen hacia el esférico a trompicones. El público, en su mayoría jóvenes, aplaude con entusiasmo cada vez que el balón impacta en la red. Este espectáculo forma parte del Consejo Mundial de Robótica, celebrado en la capital, donde pequeños robots futbolistas compiten en un ambiente de diversión y asombro.
El evento presenta una amplia gama de robots con diversas habilidades y aplicaciones, desde humanoides que juegan al ping-pong y fútbol, hasta robots dibujantes, masajistas, músicos, baristas, y asistentes médicos especializados en todo tipo de cirugías, incluyendo neurocirugías. Entre los expositores se encuentra Aubo, una empresa que ha lanzado un innovador robot barista capaz de operar sin asistencia humana, logrando vender más de 200 unidades en el último año. Otro ejemplo destacado es Hobbs, un humanoide biónico diseñado para la interacción multimodal con humanos, con potencial uso en entretenimiento, educación y turismo.
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El Consejo también muestra el lado más inquietante de la robótica, con robots cuadrúpedos que simulan ser perros sometidos a pruebas de resistencia, siendo golpeados y lanzados por sus presentadores. A pesar de estos casos, la mayoría de las exhibiciones se enfocan en la fascinante interacción hombre-máquina y las numerosas aplicaciones prácticas de la robótica. Los asistentes, especialmente los más jóvenes, se maravillan ante los robots que preparan jugos de naranja o realizan complejas disecciones nanométricas en simulaciones de tejido humano, reflejando un futuro donde la tecnología juega un papel cada vez más integral en la vida cotidiana.
