Los combates en la región rusa de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania, continuaron este miércoles por segundo día consecutivo. Desde el martes, cerca de mil soldados ucranianos, respaldados por artillería, misiles, tanques y vehículos blindados, avanzaron aproximadamente 10 kilómetros dentro del territorio ruso, sorprendiendo a los guardafronteras y acercándose a localidades como Nikolayevo-Darino, Darino, Sverdlikovo, Oleshnia, Tolsty Lug, Nizhny Klin y Sudzha.
El presidente Vladimir Putin señaló la necesidad de evacuar a la población debido a lo que describió como una “provocación a gran escala” por parte de Ucrania, acusándolos de realizar bombardeos indiscriminados contra instalaciones civiles. Putin pidió al viceprimer ministro, Denis Manturov, y al gobernador de Kursk, Aleksei Mironov, coordinar la asistencia necesaria para los habitantes afectados.
En una reunión con altos mandos militares, el general Valeri Guerasimov confirmó que el 6 de agosto, unidades del ejército ucraniano iniciaron una ofensiva en la región de Kursk. A pesar de los esfuerzos del ejército ruso para detener el avance, los combates continúan. Guerasimov reportó bajas significativas del lado ucraniano y afirmó que la operación concluirá con la recuperación de la frontera rusa.
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Informes de blogueros rusos y canales de Telegram indican que las fuerzas ucranianas han tomado control de varias localidades y una estación de medición de gas. Analistas militares sugieren que esta incursión podría ser una estrategia de Kiev para atraer fuerzas rusas desde el frente, donde Ucrania ha logrado avances en la región de Donetsk.
La situación sigue siendo tensa y el desenlace de estos combates tendrá implicaciones significativas para el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania.