Un equipo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló haber constatado un «gran número» de heridos de bala en el hospital Al Shifa de la Ciudad de Gaza, tras ataques de soldados israelíes contra civiles cerca de un convoy de ayuda humanitaria. Este incidente pone de manifiesto la grave crisis humanitaria que enfrenta el territorio palestino bajo el asedio de Israel, en un conflicto que ya lleva casi cinco meses y ha cobrado la vida de más de 30 mil personas.
El ejército israelí continuó sus operaciones militares en la Franja de Gaza, dejando un saldo de al menos 92 muertos en las últimas 24 horas, según reportes del Ministerio de Salud de Hamas. Ante esta escalada de violencia, Estados Unidos anunció su participación en una operación de lanzamiento aéreo de ayuda para los 2.2 millones de habitantes de Gaza amenazados por la hambruna.
El jueves, una multitud desesperada por alimentos fue atacada mientras se aglomeraba alrededor de un convoy de ayuda en el norte de Gaza, resultando en 115 personas muertas y 760 heridas, de acuerdo con cifras proporcionadas por Hamas. Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, confirmó la visita del equipo de la ONU al hospital, donde se atendió a numerosos heridos de bala.
La comunidad internacional ha exigido una investigación de estos hechos y un alto el fuego inmediato para aliviar la situación en Gaza. Mientras tanto, varios países, incluidos Jordania y Francia, han comenzado a proporcionar ayuda aérea a Gaza, aunque la asistencia por vía terrestre sigue siendo limitada debido al bloqueo impuesto por Israel desde 2007.
La ayuda recibida hasta ahora es insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de la población, según testimonios de residentes como Hisham Abu Eid, de 28 años, quien afirmó que «todo el mundo tiene hambre». La situación se ha vuelto tan crítica que diez niños han muerto por malnutrición y deshidratación en los últimos días, según el Ministerio de Salud de Gaza.
En el ámbito diplomático, se está buscando una tregua de seis semanas que permita el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos y facilite la entrada de ayuda humanitaria en grandes cantidades a Gaza, con Catar, Estados Unidos y Egipto como mediadores en las negociaciones.