Entrevista preview (Parte 1 de 2)

Querido lector, hoy 19 de abril en el marco del Día Mundial de la Biodanza, acontecimiento en honor al natalicio del creador de este sistema, presentamos una entrevista en exclusiva con unas de las mujeres que han construido un legado inquebrantable en el movimiento humano, Adriana Macias Guerrero.

De acuerdo a la International Biodanza Federation (IBFed), Biodanza es un sistema de integración humana, renovación orgánica, reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de vida. Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras por medio de la música, del canto, del movimiento y de situaciones de encuentro en grupo.

Este sistema fue desarrollo por el antropólogo, psicólogo, poeta y profesor chilneno, Rolando Mario Toro Araneda (1924-2010), quien en 2001 fue nominado para postular al Premio Nobel de la Paz a través de la Casa de América en Madrid, fruto de su trayectoria en Biodanza y Educación Biocéntrica

Adriana Macias Guerrero es Mercadóloga, Facilitadora de Biodaza, Directora de la Escuela de Formación en Biodanza en Puebla y Profesora Didacta de Biodanza, reconocida por International Biodanza Federation (IBFed), que es la Federación Mundial de las Asociaciones Nacionales de Escuelas de Biodanza Sistema Rolando Toro a nivel mundial.

Macias Guerrro ha construido un legado increíble en México y específicamente en Puebla, cabe mencionar su amplia trayectoria de más de una década en facilitar a grupos regulares, dirigir la formación de tres generaciones de nuevos facilitadores en Biodanza.

Adriana Macias se consolida como una de las mejores didácticas de este país, así lo expresan, sus alumnos, muchos de ellos quienes ahora ya son facilitadores y también lo manifiestan sus colegas de otras naciones. Y también, sus maestros tienen extraordinarios comentarios hacia ella, sin duda ella es un agente de movimiento hacia la vida.

Actualmente, la didacta en Biodanza, Adriana Macias radica con su familia en Suiza, y durante su última visita a su México, lindo y querido, nos concedió esta entrevista, parte 1 de 2 entregas para este portal.

Quien realiza la entrevista, ha sido su alumna en clases regulares de Biodanza y es una profunda emoción ahora conectar y danzar entre palabras, risas, anécdotas y el sentir más auténtico de la vida, son nuestros corazones quienes charlan en este ejercicio.

– ¿Quién es Adri Macías cuando danza y cómo llega a ti la danza?

– La danza siempre me ha acompañado desde que soy muy pequeña, yo jugaba a que ponía a mis ositos de peluche enfrente en un sofá y yo bailaba para ellos siempre con esta búsqueda. Yo sólo conocía del ballet clásico, porque durante mucho tiempo hice mucho ballet clásico y era mi manera de mostrar mi danza al mundo.

Me hace muy feliz saber que el tiempo me fue llevando otros caminos en donde a través de la danza puedo también aportar cosas bellas a otros corazones, a otras vidas a otras personas, entonces para mí la danza significa mucho, porque es como mi refugio del alma, es decir, mi refugio en donde me siento libre, donde me siento plena, donde soy vulnerable, donde me siento capaz y me siento brillar; yo creo que evoca mi parte más humana cuando danzo; porque es mi parte más transparente y eso también me trae a un deseo profundo desde que yo soy muy pequeña de ayudar siempre.

Bueno, siempre quise ir de misiones, en fin, hacer muchas cosas, pero siempre con el profundo deseo del corazón de ayudar. Siempre lo he dicho, uno de mis deseos más grandes también es ser sanadora y que otras personas sanen, también. He tenido como la fortuna y el regalo de que muchas otras personas de recibir mensajes en donde me dicen que “tú me has ayudado a sanar”. Y entonces, la danza también me trae ese regalo profundo que es un deseo de poder contribuir a las personas a que se sientan mejor, a que sean más felices. Porque eso me ha traído a mí la danza.

Entonces, cuando danzo me lleno de regalos; mi vida se llena de regalos y cuando no lo hago, mi cuerpo lo resiente, mi cuerpo, mi corazón mi estado de ánimo todo, y cuando vuelvo nuevamente al movimiento o a la música, es como nuevamente llenar todo mi ser de regalos de luz de confianza, de alegría, de transformación.

Quiero que siempre esté presente la danza conmigo, y quiero también que esté presente en muchas más personas una danza más genuina. No como la danza que yo conocía que te decía que sólo el ballet clásico.

– Adri, como manifestante de Biodanza, cuando danzas entras en esta conexión tan íntima, pero tú como en rol de ser humano, de madre, de hija, de amiga, ¿Cómo empatas los distintos roles que ejerces y además este de ser facilitadora de Biodanza?

– Yo siempre lo sostengo, y me gusta compartirlo porque es una invitación para mí, donde la Biodanza, la verdadera se lleva afuera, entonces siento que es una responsabilidad de un compromiso muy hermoso; porque cuando nos suceden cosas maravillosas hay que compartirlas. Entonces, a mí, cada vez que hago Biodanza, ya sea como facilitadora o como alumna, -que ahora tuve la oportunidad de danzar y recibir de otra forma- me voy como llena de mucha esperanza, de mucho ánimo, de muchas cosas lindas y siempre es como querer compartirlo. Por ejemplo, regreso y abrazo a más a mi marido, soy más tolerante con las personas que tengo cerca. Lo que yo recibo de la danza se manifiesta en mis actos día a día; entonces ahí es donde yo siento que la Biodanza va en mi vida, al menos como una trenza tejida. Y eso es lo que yo quiero todos los días hacer cuando me levanto y abrazo a mi hijo y veo a mi marido y ahora estoy con mi familia, y así traer esas danzas cotidianas en el día a día; no solo ir dos horas a danzar y ahí llenarme de amor y dar abrazos, sino que en los actos cotidianos del contacto del abrazo, de la mirada de la tolerancia del pedir perdón de cosas simples de seres humanos que mi danza entre, que toda la información que tengo en mis células y que cuando danzo se manifiesten en los actos cotidianos.

Pondré un ejemplo muy básico, al ir manejando y ser cordial con las otras personas que van manejando, así como esta cortesía vial, -que a veces yo sufro mucho acá en México porque no me dan el paso- yo siento que también es parte de mi misión en la vida, como danzar la vida en todos los momentos y con todas las emociones y todos los matices; porque también me enojo, grito, también me desespero, también soy intolerante en algunas cosas, pero dentro de todo eso me ha enseñado también hacer más tolerante conmigo, más suave conmigo. Entonces no vas sólo hacia afuera, sino hacia, pues la mamá que ahora soy en donde me exijo mucho como mamá. Entonces trato de mirarme nuevamente y ser compasiva conmigo y ser tolerante y abrazar a la Adriana pareja y la Adriana amiga y la Adriana hija. Porque ahora lo estoy viviendo de otra forma con mi maternidad, entonces siento que ahí voy trenzando, voy hilando todo este aprendizaje que ya están en mis células para compaginarlo para adaptarlo en mi día a día, en mi cotidiano desde que abro los ojos.

– Cuando escuchamos por primera vez el término, Biodanza, nos evoca a movimiento, a corporalidad, incluso algunos perciben que implica algún tipo de baile, pero, ¿cómo podrías definirla en palabras que pudiéramos comprender desde la primera vez que la escuchamos?

– Es una pregunta que siempre me hacen, ya con tanto tiempo de repente yo también miro el contexto y veo a la persona, y como que ya contesto un poquito adaptado a cada persona. Sin embargo, ahora que me estabas preguntando, yo decía, -híjole- es que para mí es la danza del corazón, pero bueno suena muy abstracto, pero la definición de Adriana, sería la danza del corazón, es decir, qué siente tu corazón y manifiéstalo en movimiento, pero cuando yo quiero compartir más de Biodanza a las personas, hay infinitas posibilidades de describirlo, porque siento como una explosión de sucesos, es decir, de lo que le pasa a las personas de lo que acontece cuando tú vas a una sesión; lo que sí tengo que rescatar es que sí es la danza de la vida entonces siempre me gusta compartir que pues en realidad, en una sesión de Biodanza vamos y traemos situaciones del cotidiano y al danzarlas las reforzamos de forma positiva y después ir a tu vida y que haya cambios, entonces para nosotros hablar de Biodanza como facilitadores, siempre decimos sí es movimiento, pero es un movimiento pleno de sentido no es moverse porque sí.

De repente sí, pero no porque tenemos un sentido aún más profundo que tiene que ver con la parte existencial con tus emociones con tus vínculos con tu día a día Pero sobre todo con este sentido honesto de escuchar tu corazón hacia dónde quiere este santuario que es el corazón y ver tu brújula interna y con el movimiento es muy difícil engañarnos, porque la cabeza nos dice una cosa, pero cuando uno lo está danzando ahí sientes todo.

Pues la danza cuando estamos realmente conectados con el corazón, el sentir es muy difícil de engañarnos. La danza es una profunda conexión con tu con tu corazón con tus deseos internos con tu con tu expresión más genuina, pero venimos con tantas etiquetas con tantas prohibiciones, con tantas creencias que entonces, pues la danza al principio no sale tan genuina como quisiéramos; sale un poco con miedo al ridículo con enojo con un montón de enojo y es real, pero todo lo demás que está un poco oculto, las capitas que le vamos poniendo al sentir del corazón al expresarnos tal cual somos. Y la Biodanza siento yo que es como esta cebolla que llegamos y que va un poco como quitando, descubriendo cuando pelas una mandarina o una cebolla, más bien siento que es más así; lo vas quitando cada capita, y, normalmente, las capas de afuera, o están sucias o están rotas o están viejas, están añejadas, y vas descubriendo esas capas y te va quedando el centro que es lo más suave, lo más tierno, lo más jugoso

Así veo cómo llegamos a Biodanza muchos de nosotros, porque yo llegué así y nos vamos quitando esas capitas que no nos sirven y vamos develando, vamos viendo una identidad o una persona que dice, -esta soy yo, sólo que no me conocía- y bueno siento que es un poco por ahí, una definición.

– Como sociedad en que nos rigen instituciones, sus cánones, incluso algunos dogmas nos separan y nos condicionan de alguna manera, porque tenemos que estar en cierta sintonía con esas reglas, pero siento que la Biodanza y me encantaría que nos ayudaras con esta orientación, siento que la Biodanza es disruptiva, porque es una manifestación que llega y empieza a crear movimiento para desprenderse de creencias, rigidez emocional; y entonces la Biodanza nos otorga la libertad que perdimos o nos hace recuperar lo que siempre hemos tenido, ¿Cómo es este proceso de Biodanza, qué nos otorga su manifestación?

– En términos más metodológicos y más del sistema, -que es un sistema bellísimo- hablamos de los potenciales que están adormecidos, entonces decimos claro todos nacemos con estos potenciales que están ahí de ser genuinos de expresarnos, es decir, genuinamente de amar, sin condiciones.

Yo veo a mi hijo mi hijo tiene 2 años y digo, -es mi gran maestro- y lo que decimos cuando venimos a Biodanza es que están todas esas capacidades maravillosas infinitas están ahí, pero se han ido adormeciendo. Por eso nos llamamos facilitadores, porque somos un canal en donde a través de la práctica de nuestra palabra, de nuestro movimiento los invitamos a danzar, y ustedes, a través del movimiento y de la danza, van despertando, van poniendo todo lo que traigo en el corazón.

Por ejemplo, cuando van poniendo los troncos de la madera para que se vaya prendiendo más y más el fuego, entonces cuando vayan despertando estos potenciales se aviva el fuego interior de lo que necesites. Entonces, es como ir claro como desempolvando un poquito lo que ahí está guardado y a veces está muy guardado, pero está ahí lo que pasa es que hay que hacer un poquito de limpieza hay que mover un poquito quizá cambiar de lugar lo vería en mi cabeza. Las personas van despertando estos potenciales, aunque los instintos que también los tenemos muy adormecidos de muchos mandatos, muchas creencias, entonces de repente desde el sentido del olfato y cosas que son básicas y necesarias para nuestra supervivencia y que de repente vamos creyendo que son feas o que no son necesarias, pero son necesarias para encontrarme para saber que soy yo.

También desde el cotidiano como desde nuestros vínculos al mirarnos a los ojos, porque necesitan un gesto de ternura una palabra suave, un abrazo, cosas así que son también básicas y elementales para vivir, las vamos poniendo de un lado, pero ahí está todo ese potencial de pedir abrazos de necesitar abrazos, de necesitar amor, de necesitar contención, necesitar escucha, porque son cosas básicas para vivir bien. Y siento que la Biodanza nos va ayudando a animar ese fuego interno para sacarlas a la luz, pero están ahí todas estas necesidades humanas y estas potencialidades que tenemos de ser maravillosos, extraordinarios; claro, cada uno en su individualidad y la Biodanza de verdad que ayuda a encontrarnos con esta parte majestuosa que somos cada uno.

Rolando Toro, -el creador de la Biodanza- siempre decía, -desde el hecho de la concepción de este óvulo que maravilloso y que entre miles ganó y llegó el espermatozoide a fecundar al óvulo y ganó entre millones, ya somos campeones, ya somos extraordinarios-.

– Esto que mencionabas de reactivar los potenciadores, de despertarlos para aquellos que no han todavía hecho Biodanza, pero que ya les va a llegar, así como se abre una caja de Pandora y se manifiesta. Biodanza me parece que abre una caja de muchos hallazgos y de muchas sorpresas donde el ser humano entra en un proceso de redescubrimiento permanente. Entonces, para aquellos que van a aprobar Biodanza por primera vez, ¿Qué van a descubrir, a que se van a aventurar?

– Quiero compartirte un poco de lo que yo he escuchado siempre, porque cada caso es tan particular y todos venimos con muchos deseos similares, pero también venimos en situaciones distintas, en momentos distintos de la vida. Incluso hay gente que llega a veces con ciertas necesidades de un amor y entonces se van redescubriendo cosas distintas en cada persona, pero las primeras manifestaciones que yo escucho y que te puedo compartir, -bueno y que también a mí me pasaron-, porque cuando llegas a un grupo (de Biodanza) y empiezas a ver a las personas, la gente se empieza a tornar un poco más sonriente, hay gente que viene muy sonriente que de repente le cuesta trabajo sonreír que es normal, también porque es un mecanismo de defensa; volverte duro, el estar serio, el ser rígido, el no querer sentir, entonces la gente empieza a tornar también su rostro, se empieza a suavizar, comienza a sonreír y empieza a sentirse más feliz, a conectarse más con la alegría más fácilmente.

Hay mucha gente que me dice (que después de danzar), -estoy durmiendo mejor o me siento menos estresado, estoy más tranquilo empiezan a ver muchos cambios sobre todo a nivel siento yo físico- y me gusta mucho decir esto es verdad, porque mucha gente va y todos los compañeros, todos los que estamos en el círculo lo vemos en su movimiento, lo escuchamos y notamos cómo ha cambiado. Aunque también, hay gente que todavía me dice, -yo no siento nada- y decimos (como facilitador), -¡Dios mío! Pero sí te notan cambios, nuevos sentires-. Y muchísimas personas que van a Biodanza me dice, -es que la gente me dice que me veo distinto-, y esto no solo pasa con la Biodanza cuando uno se mete a cualquier actividad en donde te hace bien, donde conectas con la parte lúdica con la relajación, como otras técnicas, o incluso, incursionas en algo de arte, pues claro que empieza a nutrir tu vida y empieza a embellecerla, tanto al interior como exteriormente. Entonces, la gente se da cuenta que algo estás haciendo diferente, nuevo o constante.

Por ejemplo, como cuando estás enamorado de una persona, pero puedes enamorarte de muchas cosas también y de muchas actividades, para mí es una de las cosas que pasan muy rápido en Biodanza, conectarte con la alegría de vivir. La gente empieza a sentir la vida de forma diferente, a decir, algo muy simple, pero va a sentir que la vida está más buena. Yo, más placentera, por ponerle un adjetivo muy así peculiar y simplemente empieza a sentir la vida, a disfrutarla más y eso a mí me gusta mucho, porque fue una de las partes que me dio a mí la Biodanza de darme permiso de disfrutar de pequeños placeres que de repente nos sentimos muy marginados en tenerlos, no porque disfruto acostarme en el sofá estoy perdiendo el tiempo, entonces empiezas a disfrutar cosas más sencillas simples; disfrutar más la vida es una parte que a mí me encanta mucho de la Biodanza y que lo veo rápido en las personas se dan permiso de sentir más, de disfrutar.

El sistema de Biodanza a mí me gusta mucho, y tal vez es un sistema que sí que puede confrontarte, quizá, pero confronta de una forma muy suave a diferencia de otros sistemas en donde se trabaja de forma distinta y son muy válidos. Yo he hecho muchas cosas, y me encanta, pero aquí es muy sutil y muchas veces lo sutil y lo suave es lo que más asusta, por ejemplo, -que no quiero abrazos con las personas- que amas, porque sabes que ahí te puedes derrumbar y yo lo veo nuevamente con mi niño, como él se desborda y yo lo sostengo en mis brazos e inmediatamente se calma. Pero los niños nos vienen a enseñar el gran aprendizaje a los adultos, porque es lo que a veces más necesitamos, un poco de contención, una mirada suave, ternura en este mundo.

Para suavizar las cosas, para sanarlas, -que por ahí va mucho este sistema-, por mucho cambio, mucha transformación, pero también de forma suave Entonces nos confronta, sí, pero eso de forma suave, dulce y no estamos acostumbrados a esa manera, entonces puede ser que algunos les parece difícil, pero muchas personas que han ido (a clase de Biodanza), que les parece un poco difícil, porque moviliza su corazón.

La Biodanza armoniza, entonces hay una sesión que moviliza mucho más que la otra y te vuelve a armonizar, te tranquiliza y eso que se está moviendo es cada vez más suave, sutil, claro, progresivamente, vamos poco a poco, pero yo digo, ¡los efectos son enormes, enormes!