ra Ley de Inteligencia Artificial (IA) de la Unión Europea ha entrado en vigor, marcando un hito significativo en la regulación de la tecnología en la región. Esta legislación tiene como objetivo garantizar que el desarrollo y uso de la IA en Europa sean seguros, éticos y respeten los derechos fundamentales de las personas.
La Ley de IA establece un marco de reglas para diferentes niveles de riesgo asociados con la IA. Se clasifica la IA en función de su riesgo potencial: desde el riesgo mínimo hasta el alto riesgo. Los sistemas de IA que presentan un alto riesgo, como aquellos utilizados en áreas críticas como la salud, la seguridad o la justicia, deberán cumplir con estrictas normas de transparencia, documentación y supervisión.
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Entre las principales disposiciones de la ley, se incluye la obligación de que los sistemas de IA sean transparentes en cuanto a su funcionamiento y toma de decisiones, y que las empresas provean explicaciones claras y comprensibles sobre cómo funcionan sus sistemas. También se establece un sistema de supervisión y sanciones para garantizar el cumplimiento de las normativas.