Ciudad de México – Luis Oswaldo Peralta Rivera, encargado del Órgano Interno de Control (OIC) del Instituto Nacional Electoral (INE), reveló ante la Cámara de Diputados una política de sobrestimación del gasto durante la administración de Lorenzo Córdova, que generó remanentes ascendentes a 10 mil 515 millones de pesos entre los años 2014 y 2023. De esta suma, únicamente 4 mil 79 millones de pesos fueron reintegrados a la Tesorería de la Federación.
En una sesión con la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, Peralta Rivera detalló cómo el INE gestionó su presupuesto de manera que evitó devolver el total del gasto no ejercido, destacando una resistencia significativa a la devolución de fondos. Además, se investiga actualmente el desembolso de 11.6 millones de pesos en la creación de una memoria de gestión para Córdova, lo cual terminó destinándose a la asesoría de funcionarios del INE, en lugar del objetivo original.
El patrón de gasto del INE mostró una contención en la erogación de fondos de enero a octubre cada año, seguido por un incremento en los meses de diciembre y enero, sugiriendo un esfuerzo por utilizar la mayor cantidad de recursos posibles antes del cierre fiscal para minimizar las cantidades a devolver a la Tesorería. Este comportamiento resultó en la asignación de remanentes a dos fideicomisos del instituto: uno para el pasivo laboral y otro para infraestructura y atención ciudadana, sumando más de 6 mil millones de pesos entre ambos.
Este análisis plantea preocupaciones sobre la administración financiera en el INE bajo la presidencia de Córdova. Sin embargo, Peralta Rivera aseguró que estos problemas administrativos no afectan la elección en curso, manteniendo el INE administrativamente estable para enfrentar el proceso electoral. Señaló que cualquier funcionario actual del INE hallado responsable de irregularidades administrativas podría ser destituido, mientras que exfuncionarios, incluido Córdova, podrían enfrentar inhabilitación.
La situación pone en foco las prácticas financieras del INE y la gestión de recursos durante los últimos nueve años, mientras el organismo se prepara para afrontar las elecciones en un marco de estabilidad administrativa garantizado por el Órgano Interno de Control.