En su larga y compleja relación diplomática que data ya de hace 200 años, los gobiernos de México y Estados Unidos enfrentan en la migración uno de sus más grandes y dinámicos retos.
Solamente hasta mayo de 2022 se han registrado un millón 535 mil 899 aprehensiones de mexicanos al intentar traspasar la frontera con Estados Unidos. “La cifra promete ser mayor que los 1.66 millones de migrantes capturados en el año fiscal 2021 tratando de cruzar la frontera”, informó Mónica Verea Campos, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
Al participar en la mesa Los desafíos migratorios en la relación bilateral, celebrada como parte de los Diálogos del Bicentenario de las Relaciones Diplomáticas México-Estados Unidos y organizada por el CISAN y la UNAM-Chicago, la socióloga e internacionalista destacó que en este año las detenciones representaron casi el doble que las de 2019 (859 mil 501), y se triplicaron respecto a las de 2020 (405 mil 036) debido a la pandemia.
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Sin embargo, las deportaciones al interior disminuyeron: durante 2021 se realizaron 72 mil arrestos por debajo de 104 mil durante el año fiscal 2020, y un promedio de 148 mil anualmente desde 2017 hasta 2019.
Verea Campos consideró que la tragedia del tráiler de San Antonio, en donde encontraron hace unas semanas a 53 migrantes muertos (casi la mitad mexicanos), es una muestra del aumento de los flujos de nuestro país, los cuales se han incrementado.
La especialista coincidió que el presidente estadunidense Joe Biden tiene una actitud más positiva ante la migración, con la cual busca revertir la política antiinmigrante de su antecesor Donald Trump. Sin embargo, consideró que en un año y medio de mandato ha dado pasos lentos y poco visibles, por lo que persiste la burocracia trumpista.
Por parte de México, Verea Campos agregó que el presidente Andrés Manuel López Obrador estableció al inicio de su mandato una política migratoria de “puertas abiertas” orientada a respetar los derechos humanos y acoger a los migrantes. “Se les otorgó una tarjeta con permiso legal en territorio mexicano, incluso autorización para poder trabajar”. Pero esta actitud se revirtió drásticamente en mayo de 2019 debido a la presión de Trump para imponer aranceles comerciales (un cinco por ciento de incremento) si México no detenía drásticamente la migración indocumentada que cruza libremente por territorio mexicano.
López Obrador aceptó un acuerdo bilateral conocido como “Remain in Mexico”, que permite que los solicitantes de asilo no mexicanos sean removidos a ciudades fronterizas de nuestro país que no son necesariamente seguras sin una audiencia o acceso a un abogado de inmigración.