En un evento sin precedentes, la autoridad tradicional de los pueblos yaqui, históricamente compuesta por hombres, entregó el bastón de mando a Claudia Sheinbaum Pardo, futura presidenta de México. La ceremonia tuvo lugar en la ancestral ramada, el lugar más sagrado para este pueblo originario y centro de sus decisiones comunitarias.
Después de esta inédita ceremonia, observada por un grupo de mujeres yaqui a la distancia, Sheinbaum cerró su participación en el acto de verificación de los avances en el Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui con un mensaje contundente: “Nunca más un México sin sus pueblos indígenas, nunca más un México que niegue sus propias raíces”.
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Acompañada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien firmó un decreto para restituir 12 mil 978 hectáreas de tierras a este pueblo, sumando un total de 45 mil 476 hectáreas, Sheinbaum afirmó que los planes de justicia para las comunidades indígenas representan un resarcimiento histórico. Se comprometió a darles continuidad y garantizar todos los programas sociales, además de trabajar para que la reforma constitucional en materia de pueblos indígenas y afromexicano, enviada en febrero al Legislativo, sea aprobada: “La vamos a lograr ahora que tenemos mayoría calificada en el Congreso”.
López Obrador elogió a Sheinbaum destacando su honestidad, preparación, experiencia y compromiso con la justicia desde joven. Un elogio particular provocó un sonoro aplauso entre los asistentes: “No es fifí, ella siempre luchó por los más pobres, por los necesitados, por las causas justas”.
Sheinbaum acompañó al presidente al acto donde se verificaron los avances del Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui, siendo recibidos con honores tradicionales por los líderes de los ocho pueblos que conforman la etnia.