El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó la irrupción de encapuchados en Palacio Nacional como una «vulgar provocación» y sugirió la influencia de grupos opositores detrás de estas acciones. Durante su conferencia matutina en Ciudad Victoria, el mandatario reafirmó su compromiso de diálogo con los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa en 2014, programando un encuentro en 15 días para entregar un informe sobre el caso.
López Obrador pidió que los asesores y abogados del movimiento de Ayotzinapa no asistan a la reunión debido a la pérdida de confianza en ellos. Además, informó sobre su petición a la Fiscalía General de la República para suspender la investigación sobre los hechos en Palacio Nacional, aclarando que no hubo ni habrá detenciones.
El presidente anunció que los servidores públicos contribuirán voluntariamente a reparar los daños causados en la puerta de Palacio Nacional por los manifestantes, y prometió revelar información sobre los participantes de la irrupción.
Reiterando que la demanda de justicia por parte de los padres de los estudiantes desaparecidos es legítima, López Obrador criticó la manipulación del caso por grupos conservadores, partidos políticos opositores y organizaciones internacionales. Insinuó que la derecha y el PRI podrían estar implicados en estas provocaciones, especialmente en el contexto de Guerrero, donde se han observado acciones similares antes de elecciones.
El mandatario cuestionó la autenticidad de los participantes en la irrupción, sugiriendo la posibilidad de que fueran mercenarios en lugar de estudiantes. «Eso no es revolucionario, eso es contrarrevolucionario», afirmó, aludiendo a los jóvenes de Ayotzinapa.
Con respecto a los daños en Palacio Nacional, ya han comenzado las reparaciones. López Obrador concluyó su intervención señalando la desesperación de sus adversarios y su recurso a la guerra sucia, prometiendo revelar más detalles sobre el financiamiento y la organización de la movilización.