Ciudad de México. Con símbolos de ceremonias ancestrales y la presencia de pueblos originarios en el Zócalo capitalino, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició este lunes su duodécima época, encabezada por el nuevo presidente del tribunal, ministro Hugo Aguilar Ortiz.
En un acto cargado de simbolismo, los bastones de mando fueron consagrados al amanecer en Cuicuilco con incienso y ofrendas, y posteriormente entregados a los ministros en el corazón de la capital. Aguilar Ortiz subrayó que la nueva etapa de la Corte no estará guiada “por el poder ni el dinero, sino por el servicio al pueblo”.
Un nuevo ciclo judicial
Con ello concluyen casi 31 años de vigencia de la Corte instaurada en 1994 durante el gobierno de Ernesto Zedillo. El nuevo presidente del máximo tribunal aseguró que se trata de “una Corte distinta, diferente a las anteriores”, e insistió en que el inicio de funciones bajo estas ceremonias refleja la intención de guiarse por la sabiduría ancestral.
Las actividades comenzaron desde la tarde del domingo, con un ritual de purificación de la sede en el que participaron médicas tradicionales. Durante la madrugada, decenas de comunidades indígenas acudieron al Zócalo para presenciar la entrega de los báculos, en un acto acompañado por música, danzas y calendas que recorrieron el Centro Histórico.
Entre tradición y política
Los ocho ministros presentes asistieron primero al Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional y, más tarde, participaron en la sesión de instalación de la nueva Corte. La mandataria ingresó al recinto a las 22:55 horas para atestiguar el arranque formal de la duodécima época.
La ceremonia rompió con la solemnidad tradicional: en lugar de togas, se usaron guayaberas bordadas con flores, aunque en las sesiones plenarias Aguilar Ortiz portará una toga diseñada con elementos de la vestimenta típica mexicana.
Patrimonio y simbolismos
El edificio de la SCJN, inaugurado en 1941, resguarda un valioso acervo artístico, incluidos murales de José Clemente Orozco. Para acceder a las salas, los ministros deben subir 33 escalones, número cargado de simbolismo masónico asociado a liderazgo.
Al instalar la nueva etapa del tribunal, Aguilar Ortiz afirmó que se abre un ciclo de mayor cercanía con la sociedad, “para que el pueblo entre al máximo tribunal cuando así lo requiera”.