Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard, designados por Claudia Sheinbaum como canciller y secretario de Economía respectivamente, afirmaron que Estados Unidos no tiene legitimidad para criticar la reforma judicial de México. En una carta publicada en The Washington Post, los futuros funcionarios señalaron que el pueblo mexicano tiene la capacidad de decidir sobre sus propios intereses y que cualquier intento de interferencia por parte de Estados Unidos viola la soberanía nacional.
La misiva responde a las críticas del embajador estadounidense Ken Salazar, quien sugirió que la reforma afectaría la relación bilateral, y a un editorial del propio diario, que calificó el asunto como de interés hemisférico. De la Fuente y Ebrard defendieron que la reforma busca fortalecer la transparencia y eficacia del sistema judicial mexicano, y expresaron su desconcierto ante la idea de que la elección directa de jueces y magistrados podría amenazar la democracia del país.
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Ambos exfuncionarios también denunciaron el doble rasero en las críticas, afirmando que mientras Estados Unidos busca fortalecer sus instituciones judiciales, no deberían condenar un esfuerzo similar en México. Subrayaron que México respeta los procesos internos de Estados Unidos, incluso cuando estos afectan intereses mexicanos, y pidieron que se extienda el mismo respeto hacia México.
Finalmente, aseguraron que el próximo gobierno de Sheinbaum está dispuesto a mantener un diálogo abierto y constructivo con Estados Unidos, siempre que se respete la soberanía de ambas naciones. Además, destacaron que la presidenta electa apoya las elecciones directas del Poder Judicial como un compromiso con la democracia y la independencia judicial.