La Comisión Europea ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para la eurozona en 2024, situándolo ahora en un 0.8%, marcando una reducción significativa desde la proyección anterior de 1.2%. Esta revisión se fundamenta en un desempeño económico menos robusto de lo anticipado a finales de 2023 y principios del año en curso, lo que ha llevado a un recorte de 0.4 puntos porcentuales en las expectativas de crecimiento.
Según el informe de la Comisión, la economía de la Unión Europea (UE) experimentó un estancamiento generalizado a lo largo de 2023, evitando por poco caer en una recesión técnica en la segunda mitad del año. A pesar de estos desafíos, la inflación en la eurozona está proyectada a desacelerarse más rápido de lo esperado, pasando de una previsión inicial de 3.2% a una actualizada de 2.7% en 2024, esperando alcanzar el 2.2% hacia finales de 2025.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, atribuye esta disminución en la inflación a una caída en los precios de las materias primas energéticas y a un impulso económico debilitado. Sin embargo, el fin de las medidas de apoyo al sector energético y las perturbaciones comerciales, especialmente en el mar Rojo, podrían influir ligeramente al alza en los precios, aunque no se espera que esto descarrile la tendencia decreciente de la inflación.
Este panorama ofrece la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) considere reducir las tasas de interés de referencia, que habían sido incrementadas sustancialmente para contrarrestar la inflación. Entre julio de 2022 y septiembre de 2023, el BCE aumentó los tipos de interés en un total acumulado de 450 puntos básicos, el ajuste más rápido en la historia de la zona del euro.
Entre las principales economías de la UE, se prevé un crecimiento modesto para Alemania de solo 0.3% este año, mientras que Italia y Francia esperan crecimientos de 0.7% y 0.9% respectivamente. España, por su parte, se destaca con una proyección de crecimiento del PIB de 1.7% en 2024, pese a enfrentar desafíos en el sector turístico y la situación económica de sus principales socios comerciales. La Comisión mantiene su expectativa de crecimiento para la economía española en un 2.0% para 2025, en medio de un entorno global marcado por la incertidumbre política y los riesgos geopolíticos, especialmente en el Medio Oriente.