El director general de la Organización Mundial de la Salud ha alertado de que han perdido el contacto con el personal del hospital Kamal Adwan, en Beit Lahia, en el norte de Gaza, que fue allanado por el ejército israelí este viernes por la mañana.
En el hospital quedaban unos 200 pacientes y cientos de refugiados.
Horas antes del asalto, la OMS y sus socios lograron llegar a última hora de la noche del jueves, en medio de las hostilidades en las inmediaciones, y trasladaron a 23 pacientes y 26 cuidadores al Hospital Al-Shifa.
El equipo también entregó 180 unidades de sangre, material quirúrgico y de traumatología y medicamentos para más de 5000 pacientes, además de 10.000 litros de combustible.
El doctor Rik Peeperkorn dijo que la situación en el hospital era de “caos y descontrol” y describió las escenas que presenciaron en los alrededores.
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“En un puesto de control -otro puesto de control, hay varios puestos de control cerca de Kamal Adwan-, la OMS y sus socios fuimos testigos de un flujo de personas que, en un principio, pensamos que eran cientos, pero luego pasaron por delante de nosotros y, en realidad, eran miles de mujeres y niños que abandonaban la zona, caminando, cojeando, con unas pocas pertenencias, hacia Salah al-Din y, en realidad, hacia la ciudad de Gaza. Vimos muy pocos hombres o chicos adolescentes”.
UNICEF denunció que desde que Israel cerró el paso fronterizo de Rafah en mayo, sólo 127 niños, muchos de ellos con traumatismos craneoencefálicos, amputaciones, quemaduras gravísimas, cáncer y desnutrición grave, han podido salir de la Franja para recibir atención médica.