Según el informe, tanto los países desarrollados como los países en desarrollo se ven amenazados por las perspectivas de recesión durante este año.
El impulso del crecimiento se debilitó significativamente en Estados Unidos, la Unión Europea y otras economías desarrolladas en 2022. Esto afectó negativamente al resto de la economía mundial de múltiples maneras.
El endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, unido a la fortaleza del dólar, exacerbó las vulnerabilidades fiscales y de deuda de los países en desarrollo.
El análisis reveló que más del 85% de los bancos centrales de todo el mundo endurecieron su política monetaria y subieron los tipos de interés en rápida sucesión desde finales de 2021, para controlar las presiones inflacionistas y evitar una recesión.
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Se prevé que la inflación mundial, que alcanzó un máximo de varias décadas de alrededor del 9% en 2022, disminuya, pero se mantenga elevada en el 6,5% en 2023.