El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, declaró que la política exterior de su país defenderá siempre a la jefatura del Estado, encabezada por el Rey Felipe VI. Esta afirmación surge tras la crisis diplomática entre México y España, originada por la decisión del gobierno mexicano de no invitar al monarca a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México. España presentó una «nota verbal» al embajador mexicano en protesta por esta decisión.
Albares, desde Nueva York durante la Asamblea General de la ONU, confirmó que España no enviará ninguna delegación oficial al evento. El ministro enfatizó la importancia de que el Rey represente a España en actos de trascendencia internacional, como la transmisión de poder en México, subrayando la necesidad de mantener relaciones fraternales entre ambos países, pero sin comprometer la representación institucional.
El embajador de México en España, Quirino Ordaz, fue convocado por el Ministerio de Exteriores español, donde se le entregó una nota verbal reiterando la importancia de que el Rey Felipe VI asuma la representación española en eventos internacionales. España manifestó su desacuerdo con la decisión mexicana y anunció que no participará en la ceremonia de toma de posesión.
Desde la derecha española, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó al gobierno mexicano, calificándolo de «totalitario» y acusando a Sheinbaum de atacar a la monarquía española. Ayuso defendió al Rey y afirmó que tanto México como España están siendo víctimas de políticas populistas que buscan dividir a los pueblos con base en la animadversión hacia España.
			
                                
                                





