En la víspera del mes sagrado musulmán del Ramadán, Israel llevó a cabo una nueva serie de bombardeos en Gaza, exacerbando las tensiones y alejando las esperanzas de una tregua en el conflicto que ya lleva más de cinco meses entre Israel y Hamas. El ataque más reciente ha causado decenas de muertes, sumando a la ya grave crisis humanitaria que enfrenta la población del enclave palestino.
Un barco cargado con ayuda humanitaria se prepara para zarpar desde Chipre, intentando abrir un corredor marítimo hacia Gaza. Este esfuerzo, liderado por la Unión Europea, busca aliviar el sufrimiento de millones de palestinos al borde de la hambruna debido al asedio total impuesto por Israel.
Sin embargo, las perspectivas de alcanzar un acuerdo de tregua antes del Ramadán parecen lejanas. Según informes de Hamas, el conflicto ha dejado hasta ahora 31,045 muertos en Gaza, la mayoría civiles. Solo en las últimas 24 horas, al menos 85 palestinos han perdido la vida debido a más de 60 bombardeos nocturnos realizados por Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó la trágica muerte de al menos 13 personas en Al Mawasi, debido a un obús que impactó sobre tiendas de campaña de desplazados. Israel, por su parte, anunció la muerte de un soldado, elevando a 249 el total de militares israelíes fallecidos desde el inicio de la ofensiva terrestre.
La crisis humanitaria se agrava día con día. Según la ONU, 2.2 millones de los 2.4 millones de habitantes de Gaza están al borde de la hambruna. El Ministerio de Salud confirmó que 25 personas, la mayoría niños, han muerto por malnutrición y deshidratación. «Alimento a mi hija con agua, agua, para que no se muera. No me queda otra», relató Barak Abhar, una madre en la ciudad de Gaza, reflejando la desesperación de miles de familias.
A pesar de los esfuerzos internacionales por enviar ayuda, Israel ha permitido la entrada de recursos humanitarios de manera muy limitada. La comunidad internacional sigue buscando formas de mediar en el conflicto y brindar el apoyo necesario a la población afectada, mientras las esperanzas de paz se desvanecen ante la continuación de las hostilidades.