Muchos le conocen por su papel en la serie Narcos: México y más recientemente por su papel de superhéroe en la película de Marvel Black Panther: Wakanda Forever. Fuera de las pantallas, el actor mexicano es también portavoz del debate y de la lucha antirracista en su país.
Miembro activo del movimiento Poder Prieto, publicó hace poco su primer libro Orgullo prieto, en el que comparte sus experiencias y percepciones acerca del racismo y todas las formas de discriminaciones.
Su implicación y su empeño por dar voz a los que no tienen, le llevaron a ser nombrado “campeón” de la campaña Stop Racismo: ¡Aprende, Pronúnciate y Actúa! de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Ginebra.
Fue precisamente durante su visita a la sede de las Naciones Unidas en esa ciudad cuando Tenoch Huerta compartió su emociones, convicciones y objetivos con Noticias ONU.
¿Es Tenoch Huerta un superhéroe?
¿Cuál es su recorrido de vida como persona, artista premiado y activista de los derechos humanos?
Tenoch Huerta: “Son demasiados títulos y lo de activista, no sé, siento que es una palabra que me queda demasiado grande. Yo simplemente estoy utilizando mis espacios de visibilidad para hablar de un tema que me parece sumamente importante y que afecta a muchísima gente.
Siempre he tratado de hablar de las cosas que me parecen importantes porque, de donde yo vengo, que es la clase media baja, la clase obrera, no hay oportunidades para hablar de nada, los micrófonos están cerrados. Entonces, de pronto se me abrieron los micrófonos y me dije: toda la vida buscando tener la oportunidad de decir algo, y gracias a que me volví actor, empezaron a haber estos micrófonos y cámaras. Entonces, simplemente tomé el espacio, y hablé de lo que siempre quise hablar.
Todos nacemos en un sistema racista
Usted mismo sufrió discriminación en su piel. ¿Cuándo tomó conciencia de ser diferente o que le trataban quizás con poca consideración?
Tenoch Huerta: Pues primero, creo que el proceso fue simultáneo entre darme cuenta de que me había racializado y había sufrido discriminación, pero que yo también racializaba otras personas y discriminaba a otras personas, o sea que ¡yo también era racista! Y no está mal reconocerlo, ¿no? Entonces un poco fue a la par.
Pero creo que cuando hice mayor conciencia fue en el levantamiento zapatista, el levantamiento indígena en México. Yo le decía a mi papá: “yo creo que en México somos más clasistas que racistas”. Entonces mi papá me dijo “salte a la calle y grítale a alguien “indio” y vas a ver cómo te va”. “¿Por qué usar la palabra indio es despectivo?”, me decía mi padre. Entonces fue cuando entendí.
Ha sido un proceso de muchos años, casi dos décadas, pero particularmente, ha sido mucho más intenso en los últimos seis o siete años, de toma de conciencia y de ponerle nombre.
Al final del día, todos nacimos en un sistema racista y es normal que todos lo seamos, que todos tengamos ciertas actitudes, pensamientos, palabras, acciones que son considerados racistas.
Fuente: ONU