Israel ha realizado múltiples ataques aéreos sobre Rafah, el único cruce fronterizo entre Gaza y Egipto que no está controlado por Israel, marcándolo como el tercer ataque en 24 horas.
Estos ataques se dirigieron al lado palestino del cruce, con informes que indican que cuatro misiles se utilizaron en el último asalto. Esta serie de ataques ha suscitado preocupaciones sobre el paso de ayuda y el movimiento de los 2.3 millones de residentes de Gaza, quienes enfrentan un intenso bombardeo en medio del conflicto en curso.
La situación en Rafah ha escalado a medida que el ejército israelí intensifica sus operaciones en el área, llevando a evacuaciones masivas. Decenas de miles de palestinos han huido hacia el sur de Gaza, buscando refugio de los continuos ataques aéreos que han devastado edificios residenciales e infraestructura esencial.
Las Naciones Unidas han informado que alrededor de 30,000 palestinos se movieron hacia el sur a través de un corredor abierto por el ejército israelí, con un total de aproximadamente 150,000 habiendo dejado el sur desde áreas que experimentan combates intensos.
Los recientes ataques en Rafah y la campaña militar más amplia han causado bajas significativas y desplazamientos dentro de Gaza. El ministerio de salud en Gaza ha informado que al menos 830 personas, incluyendo mujeres y niños, han sido asesinadas y más de 4,250 heridas desde el inicio del conflicto.
El Ministro de Defensa de Israel ordenó un «bloqueo total» de Gaza, cortando el acceso a agua, alimentos, combustible y electricidad, una medida que ha sido condenada por observadores internacionales como un crimen de guerra bajo los estatutos de las Naciones Unidas.