Mónica Ortiz está reconocida como una de las personas que están cambiando el mundo de la ciencia y la tecnología a nivel mundial. También es un referente para todas las mujeres y las niñas que quieren estudiar materias de ciencia: “Lleguen tan lejos que las estrellas se vean cercanas”.
Mónica Ortiz Álvarez soñaba con las estrellas de niña, cuando su abuelo le platicaba del universo. Hoy, a sus 26 años, es la primera astronauta análoga de Oaxaca (México) y su carrera y logros son fuente de orgullo e inspiración para su país y las nuevas generaciones.
“Todo empezó cuando tenía cuatro años. Mi abuelo, un apasionado de la astronomía, me llevaba al campo y me contaba sobre las constelaciones y todo lo que tenía que ver con la astrofísica, obviamente en un lenguaje adaptado a mi edad”, contó Mónica en entrevista con ONU México.
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“Mis padres también me fomentaron mucho en el camino de la ciencia”, agregó. “Ellos son médicos y sus libros de fisiología espacial me interesaban. Mi padre siempre me hablaba de las maravillas que hacía el cuerpo y sobre cómo éste se adapta en gravedad cero”.
La joven originaria de San Bartolo Coyotepec, de raíces zapotecas, realizó todos sus estudios básicos en escuelas públicas de Oaxaca. A los 17 años empezó a tomar sus primeros cursos de astronomía, astrofísica y robótica. Su primera licenciatura fue en Derecho y Ciencias Sociales, en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Pero su curiosidad y pasión por las ciencias naturales la llevaron después a la Universidad de Edimburgo, en Escocia, donde hizo la Licenciatura en Astrobiología. El estudio, contó, siempre fue un gran refugio ante el acoso escolar.
Su dedicación, disciplina y amor por compartir el conocimiento la han hecho crecer rápido. Mónica ya es pionera en leyes espaciales, educadora del Space Center Houston de la NASA y, recientemente, ha sido nombrada embajadora de la Estación Espacial Internacional. Su vocación como pedagoga está inspirada en grandes referentes femeninos, como la talentosa astronauta Barbara Morgan, una de las precursoras en los programas educacionales de la NASA, y la doctora Jeanette Márquez, mexicana que impulsa la incursión de las mujeres y las niñas en la ciencia.





