Líderes mundiales, altos funcionarios gubernamentales y representantes de la sociedad civil unieron sus fuerzas el jueves en la sede de la ONU para reafirmar el compromiso con el desarme nuclear como prioridad mundial.
En una reunión de alto nivel celebrada en Nueva York y que ha coincidido con conmemoración del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, el Secretario General de la ONU ha asegurado que «no debe haber lugar para estos artefactos de muerte en nuestro mundo».
El fantasma nuclear
No obstante, advirtió que «desde los peores días de la Guerra Fría, el espectro de las armas nucleares no había proyectado una sombra tan oscura».
Afirmó que «el ruido de sables nuclear ha alcanzado un punto febril» y ha habido amenazas de utilizar un arma nuclear, lo que pone de relieve el temor a una nueva carrera armamentística.
Mientras tanto, se están erosionando las normas establecidas desde hace décadas contra el uso, la propagación y los ensayos de armas nucleares.
Aprender del pasado
Guterres afirmó que la experiencia de primera mano de los hibakusha -los supervivientes del bombardeo atómico de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki- «nos recuerda claramente dónde termina el camino nuclear».
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«Siguen haciendo sonar la alarma, recordándonos que no podemos permitirnos olvidar las lecciones aprendidas de aquellos horribles ataques nucleares de 1945», afirmó.
«Y, sin embargo, casi 80 años después, los Estados poseedores de armas nucleares siguen tirando los dados, resistiéndose a las medidas de desarme y creyendo que, de alguna manera, nuestra suerte nunca se acabará».
			
                                
                                



