Los cambios hormonales durante la menopausia, como la caída del estrógeno, pueden afectar no solo los sofocos, sino también la salud bucal. La reducción en la producción de saliva y la densidad ósea puede causar problemas en las encías y los dientes, advirtieron expertos como el doctor Thomas Sollecito de la Universidad de Pensilvania.
La falta de saliva, fundamental para combatir bacterias y fortalecer los dientes, aumenta el riesgo de caries e infecciones orales. Este riesgo es aún mayor para quienes toman medicamentos para la hipertensión o la diabetes. Además, la retracción de las encías y la pérdida de densidad ósea pueden agravar estos problemas, debilitando el soporte de los dientes.
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Las mujeres en la menopausia también son más propensas a desarrollar enfermedad periodontal, donde la acumulación de placa bajo las encías causa hinchazón, sangrado y separación de los dientes. En casos extremos, puede llevar a la pérdida dental. Algunas mujeres experimentan el síndrome de boca ardiente, una sensación dolorosa en la lengua y labios.
Para prevenir estos problemas, los expertos recomiendan una buena higiene bucal, como cepillarse con pasta fluorada y usar hilo dental diariamente. Además, es aconsejable mantener una dieta rica en calcio, evitar los dulces y consultar al dentista regularmente para evaluar si se necesitan visitas más frecuentes o tratamientos con flúor.