Los motores de curvatura, una tecnología que ha capturado la imaginación en la ciencia ficción, podrían algún día permitir que naves espaciales superen la velocidad de la luz al manipular el espacio-tiempo. Sin embargo, su construcción plantea numerosos desafíos prácticos, como la necesidad de materia exótica con energía negativa y la posibilidad de crear curvas en el espacio-tiempo que violen la causalidad.
Un reciente estudio, liderado por expertos en física gravitacional de varias universidades y el Instituto Max Planck, explora las consecuencias teóricas de un fallo en la contención de un motor de curvatura. Utilizando simulaciones numéricas, los investigadores examinaron cómo colapsaría un motor de curvatura, generando una ráfaga única de ondas gravitacionales.
Estas señales, diferentes de las ondas producidas por eventos astrofísicos como la fusión de agujeros negros, podrían ser detectables por futuros instrumentos de alta frecuencia, aunque la tecnología aún no está disponible.