California. Por primera vez, un grupo de científicos registró a orcas cazando crías de tiburón blanco en una zona de cría del Golfo de California, empleando una técnica especializada que consiste en voltear a los tiburones boca arriba para inmovilizarlos y extraerles el hígado, un comportamiento que sugiere un cambio estacional en la dieta de estos depredadores marinos.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Marine Science, describe cómo las orcas —conocidas como la manada de Moctezuma— ejecutaron ataques coordinados contra tiburones jóvenes, mucho menos experimentados que los adultos cazados previamente en Sudáfrica, donde una sola presa podía alimentar a toda una manada.
“Este comportamiento refleja la inteligencia avanzada de las orcas, su pensamiento estratégico y su capacidad de aprendizaje social, ya que estas técnicas se transmiten entre generaciones”, explicó el biólogo marino Erick Higuera Rivas, coautor del estudio.
Durante la investigación, los científicos documentaron tres ataques entre 2020 y 2022. En el primero, cinco orcas persiguieron a una cría de tiburón, la empujaron hacia la superficie y luego la voltearon para inducir un estado de inmovilidad tónica, que paraliza temporalmente al tiburón al alterar su percepción del entorno. Una vez inmovilizado, las orcas extrajeron su hígado —un órgano altamente nutritivo— antes de abandonarlo.
El biólogo Salvador Jorgensen, de la Universidad Estatal de California y coautor del estudio, explicó que los tiburones adultos suelen huir durante meses tras detectar orcas cazadoras, mientras que las crías “podrían no reconocer todavía a las orcas como una amenaza”.
Los investigadores también señalaron que el calentamiento del agua y fenómenos como El Niño podrían estar modificando las zonas de cría de los tiburones blancos, acercándolos a las rutas de caza de las orcas.
“Creemos que estas orcas están aprovechando la presencia local de un criadero de tiburones jóvenes, menos hábiles para escapar y más fáciles de capturar”, detalló Higuera Rivas.
El hallazgo representa un comportamiento inédito y confirma que las orcas pueden adaptar sus estrategias de caza en respuesta a los cambios ambientales. Los científicos advirtieron que seguirán monitoreando las alteraciones en las áreas de distribución de las crías de tiburón blanco, con el fin de comprender cómo el calentamiento oceánico está transformando la dinámica entre depredadores y presas en el ecosistema marino.






