Madrid, 29 de marzo de 2025 — Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio han desarrollado una innovadora interfaz sensorial capaz de introducir el gusto en entornos de realidad virtual (RV), ampliando radicalmente las posibilidades de inmersión digital. La tecnología, llamada e-Taste, permite la percepción remota de sabores, y fue presentada esta semana en la revista Science Advances.
El sistema combina sensores químicos de alta precisión con dispensadores inalámbricos, los cuales detectan moléculas como glucosa y glutamato —representativas de los cinco sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y umami—, para luego reproducir digitalmente esas sensaciones en un dispositivo remoto.
¿Cómo funciona?
La interfaz consta de dos elementos clave: una boquilla sensorial y una microbomba electromagnética que empuja pequeñas cantidades de soluciones químicas a través de un canal hacia la boca del usuario. El flujo se regula con una capa de gel especial que controla la intensidad del sabor, dependiendo del tiempo de exposición.
De este modo, se pueden generar combinaciones dinámicas de sabores en tiempo real, ajustadas digitalmente con alta precisión. En pruebas, los participantes fueron capaces de distinguir entre diferentes niveles de acidez con una precisión del 70%, y también identificaron sabores simulados como limonada, pastel, sopa de pescado, huevo frito o café.
Implicaciones para la ciencia, el entretenimiento y la inclusión
Además de abrir un nuevo capítulo en la experiencia de usuario para videojuegos o simuladores gastronómicos, los investigadores destacan su potencial terapéutico y científico, como herramienta para estudiar cómo el cerebro procesa señales sensoriales orales. También se vislumbra su uso para mejorar la accesibilidad en personas con discapacidades sensoriales, como quienes han perdido el sentido del gusto por lesiones cerebrales o covid persistente.
Uno de los ensayos más llamativos logró enviar sensaciones gustativas a distancia, desde Ohio hasta California, demostrando que la tecnología también puede aplicarse a la gustación remota, revolucionando cómo nos conectamos socialmente en entornos virtuales.