Nueva York.– Arqueólogos han resuelto uno de los mayores enigmas de la historia de la ingeniería antigua: cómo los habitantes de la Isla de Pascua lograron trasladar las monumentales estatuas moai desde las canteras hasta sus plataformas ceremoniales.
Un nuevo estudio publicado en el Journal of Archaeological Science confirma que los Rapa Nui usaron cuerdas y un sistema de movimiento en zigzag para transportar las figuras, empleando un número sorprendentemente reducido de personas.
“Esto demuestra que los Rapa Nui fueron increíblemente inteligentes. Lo descubrieron”, afirmó Carl Lipo, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Binghamton.
Talladas entre los años 1250 y 1500 d. C., las estatuas moai —símbolo de la cultura polinesia— pueden alcanzar hasta 10 metros de altura y pesar decenas de toneladas. Durante décadas, los científicos debatieron cómo los antiguos pobladores las trasladaban desde la cantera principal hasta los altares de piedra que rodean la isla.
Teorías previas sugerían que los moai se movían acostados sobre rodillos de madera, o que eran “balanceados” en posición vertical.
El equipo de investigación creó modelos 3D de alta resolución de las estatuas, identificando bases anchas en forma de “D” y una inclinación hacia adelante, rasgos que facilitan el movimiento oscilante.
Para probar su hipótesis, los científicos construyeron una réplica de 4.35 toneladas con el diseño original. En las pruebas, 18 personas lograron desplazarla 100 metros en solo 40 minutos mediante un sistema de tensión coordinada de cuerdas.
“Una vez que se consigue moverlo, no es nada difícil: se tira con un solo brazo. Conserva energía y se mueve muy rápido”, explicó Lipo.
El investigador añadió que el método resulta aún más eficiente conforme crece el tamaño de las estatuas, lo que refuerza la idea de que caminaron “erguidas” hasta sus destinos.
El estudio también halló evidencia en los antiguos caminos Rapa Nui, de unos 4.5 metros de ancho y superficie cóncava, ideales para mantener la estabilidad durante el movimiento.
“Cada vez que mueven una estatua, parece que están construyendo un camino. El camino es parte del movimiento de la estatua”, indicó Lipo, quien agregó que las rutas muestran versiones superpuestas y paralelas, lo que sugiere ajustes sucesivos en la trayectoria.
Hasta ahora, los investigadores no han encontrado ninguna evidencia que contradiga este modelo de transporte.
“Hay que encontrar evidencia que demuestre que no podían caminar. Porque nada de lo que hemos visto lo refuta”, afirmó Lipo. “Todo lo que observamos refuerza este argumento”.
El hallazgo redefine la comprensión de la ingeniería ancestral Rapa Nui, al mostrar que, sin grandes herramientas ni animales de carga, los antiguos isleños lograron mover sus gigantes de piedra con ingenio, precisión y organización colectiva.