Washington, D.C.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes un aumento del 50% en los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio provenientes de Canadá, como represalia a la decisión de la provincia de Ontario de aplicar un gravamen del 25% a sus exportaciones de electricidad hacia territorio estadounidense.
A través de su red social Truth, Trump informó que ordenó a su secretario de Comercio añadir un arancel adicional del 25% sobre estos productos, medida que entrará en vigor el miércoles por la mañana.
«Además, Canadá debe retirar de inmediato su Arancel Agrícola Antiestadounidense de 250 a 390 por ciento a varios productos lácteos, que durante mucho tiempo se ha considerado indignante. En breve declararé una Emergencia Nacional de Electricidad dentro del área amenazada», escribió el mandatario.
Trump también amenazó con aumentar los aranceles a los automóviles canadienses que ingresan a Estados Unidos a partir del 2 de abril, si Ottawa no elimina otras tarifas que Washington considera excesivas.
Por su parte, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, reaccionó en la red social X asegurando que no dará marcha atrás en la medida hasta que los aranceles de Trump contra Canadá «desaparezcan para siempre». Su gobierno ha defendido el incremento en el costo de la electricidad exportada a Estados Unidos, que impacta a los estados de Nueva York, Michigan y Minnesota.
La decisión de Trump provocó una fuerte caída en los mercados financieros. El índice S&P 500 registró una pérdida del 1%, reflejando la preocupación de los inversionistas sobre el impacto de los aranceles en el crecimiento económico y la inflación en Estados Unidos.
A partir del miércoles, los aranceles del 25% sobre acero y aluminio se ampliarán a todas las importaciones de estos metales, afectando a países como Brasil, México y Corea del Sur, que anteriormente gozaban de exenciones.
Desde su llegada a la presidencia en enero, Trump ha mantenido una política arancelaria agresiva que ha generado incertidumbre en los mercados y preocupación entre economistas, quienes advierten sobre un posible impacto negativo en la economía de América del Norte. Según un sondeo de Reuters, el 95% de los economistas consultados en Estados Unidos, México y Canadá consideran que estas medidas aumentan el riesgo de una recesión, además de generar presiones inflacionarias en territorio estadounidense.