En México, los bancos han cerrado más de 1,000 sucursales en los últimos dos años, lo que se atribuye a la creciente digitalización de los servicios bancarios. Aunque esto no implica necesariamente la desaparición completa de las sucursales, sí indica un cambio en su estrategia y función.
Los directores de los principales bancos, incluyendo BBVA México, apuntan a una reducción de sucursales en zonas urbanas con mayor transacción digital, mientras que se abren nuevas sucursales en áreas con necesidades insatisfechas.
Las sucursales que permanecen tienden a enfocarse más en la asesoría y menos en las transacciones, adaptándose a los cambios en la movilidad poblacional y las necesidades de los clientes. Este cambio responde a un aumento significativo en la adopción de la banca por internet y móvil entre los usuarios.
La reducción de sucursales bancarias en México, como la experimentada por BBVA, es parte de una tendencia más amplia en la industria bancaria. Este fenómeno se debe a la creciente preferencia de los clientes por los servicios digitales, lo que ha llevado a los bancos a reevaluar su presencia física.







