La Oficina de Derechos Humanos reportó “el constante y generalizado retroceso de la situación de derechos humanos en Nicaragua”.
“En el último año se ha intensificado la persecución de opositores y de quienes son percibidos como voces disidentes al Gobierno”, dijo Christian Salazar Volkmann, director de la División de Operaciones sobre el Terreno y Cooperación Técnica de la Oficina en una actualización al Consejo de Derechos Humanos.
Un grupo de expertos añadió en su actualización que la situación “ha empeorado drásticamente”, y que el Gobierno sigue facilitando, coordinando y ejecutando graves violaciones y abusos.
“Hemos podido establecer que la concentración de todos los poderes políticos y públicos en las manos del presidente y la vicepresidenta de Nicaragua, sigue endureciéndose, particularmente respecto al poder judicial. Hoy por hoy, Nicaragua no cumple ni con el más mínimo estándar razonable de independencia judicial”, afirmó Jan-Michael Simon, presidente del Grupo de Expertos, añadiendo que los ciudadanos de esa nación no tienen a quién recurrir en busca de justicia y rendición de cuentas, lo que agrava el ya generalizado clima de impunidad.