El 2023 se perfila como un año crucial para el desarrollo sostenible. Este año marca el ecuador entre 2015, año en que se lanzó la Agenda para el Desarrollo Sostenible, y 2030, fecha límite para la consecución de sus 17 Objetivos, entre los que figuran la erradicación de la pobreza y el hambre, el acceso a la educación universal y la eliminación de la desigualdad de género.
La ONU tiene previsto dar un nuevo impulso a la consecución de los Objetivos en una gran Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se celebrará en septiembre. Sin embargo, no se lograrán avances sin una financiación significativa.
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En febrero, el Secretario General de la ONU, António Guterres, reconoció que los Objetivos están muy lejos de cumplirse, y lanzó un plan de estímulo, que insta a los países más ricos a destinar 500.000 millones de dólares adicionales cada año a su financiación. «Invertir en los Objetivos es sensato y factible», afirmó. «El mundo sale ganando, ya que las tasas de rentabilidad social y económica del desarrollo sostenible en los países en desarrollo son muy elevadas».
El plan de estímulo también pide que se transforme el sistema financiero internacional, de modo que se reduzca la agobiante carga de la deuda de los países en desarrollo y se facilite el acceso a la financiación. Hacer realidad esta transformación estará en el orden del día del Foro de este año.
Fuente: ONU