París. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, iniciará este jueves una visita oficial a Francia, donde se reunirá con su homólogo Emmanuel Macron. En la agenda destacan temas como el conflicto en Gaza, la guerra en Ucrania, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, así como la preparación para la COP30 que se celebrará en Brasil.
La visita marca el primer viaje de Estado de un mandatario brasileño a Francia desde 2012 y se realiza días antes de la cumbre de la ONU sobre los océanos en Niza. La presencia de Lula cobra relevancia ante el contexto internacional actual y el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos.
Desde Brasilia, Lula adelantó que se dialogará sobre “la guerra en Ucrania, la masacre perpetrada por el ejército israelí en Gaza, el acuerdo UE-Mercosur y cuestiones de defensa”. Francia, que organizó junto a Arabia Saudita una conferencia en la ONU para buscar una solución política en Medio Oriente, espera que Brasil juegue un rol activo en el conflicto israelo-palestino.
Lula ha sido crítico con las acciones israelíes en Gaza, calificándolas nuevamente de «genocidio», y reiteró su respaldo a la creación de un Estado palestino. En cuanto a Ucrania, París planea presentar a Lula un panorama sobre el conflicto, diferenciando claramente entre “la parte agredida” y “el agresor”.
El mandatario brasileño mantiene relaciones cordiales con Rusia y recientemente fue recibido por Vladimir Putin en Moscú. Este vínculo ha generado críticas, incluyendo una protesta de académicos franceses por el reconocimiento que se otorgará a Lula en la Universidad de París 8.
Durante su estadía, Lula será recibido con honores militares en Los Inválidos, asistirá a una cena de Estado en el Palacio del Elíseo, firmará acuerdos en transición energética y participará en foros económicos y actos culturales. La agenda también incluye una visita a Mónaco y su presencia en la cumbre sobre océanos en Niza.
Pese a su defensa del liderazgo climático, Lula enfrenta cuestionamientos por impulsar un megaproyecto petrolero frente a las costas de la Amazonía. El mandatario ha argumentado que esos recursos financiarán la transición energética de su país.
El viaje se da en un momento en que Francia mantiene su rechazo al acuerdo UE-Mercosur, presionada por sectores agrícolas. No obstante, Brasil considera que el actual escenario de tensiones comerciales con Estados Unidos podría favorecer un acercamiento europeo al pacto.