“Si pudiera dar un consejo a los demás, sería este: no esperen a que una discapacidad los obligue a vivir diferente. Cuiden su cuerpo, cuiden su mente, cuiden su espíritu”, aconseja Leri, firme defensora del programa Fit for live (En forma para vivir).
La vida de Maggie Leri, una mujer paraguaya de espíritu activo y contagiosa energía, dio un giro inesperado cuando en 2014 recibió una noticia devastadora: fue diagnosticada con esclerosis múltiple, una enfermedad crónica y progresiva que afecta el sistema nervioso central.
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Para muchos, un diagnóstico así podría significar el fin de una vida plena, pero para Maggie, fue el comienzo de una nueva etapa llena de desafíos y superación.
Inicialmente, la noticia la sumió en una profunda tristeza. «Por dentro había como una procesión, un trabajo interno de aceptar lo que te está pasando», recuerda Maggie, con la voz temblorosa pero firme.
Aunque continuaba con su vida diaria, cuidando de sus hijas y trabajando como diseñadora gráfica, internamente luchaba con el miedo y la incertidumbre. La esclerosis múltiple no solo amenazaba con limitar su movilidad, sino también con apagar su espíritu indomable.







