El desastre causado por las anegaciones en el sur del país dejó 163 muertos y unos 580.000 desplazados. El 93% de los pueblos y ciudades de Río Grande del Sur sufrieron daños. El organismo de la ONU para los refugiados trabaja con las autoridades brasileñas para asistir a los damnificados, incluidos 43.000 refugiados.
Las fuertes lluvias que comenzaron hace casi un mes en Río Grande del Sur y que dañaron de algún modo al 93% de las ciudades y pueblos de ese estado brasileño son hasta ahora el mayor siniestro relacionado con el clima en esa zona del país, que sufrió inundaciones devastadoras con un saldo preliminar de 163 muertos y alrededor de 580.000 desplazados, de los cuales todavía hay más de 65.000 alojados en albergues temporales.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha trabajado desde el principio de la emergencia, en coordinación con las autoridades de Brasil, en la asistencia a la población damnificada y está ampliando su respuesta para llegar a más personas afectadas por la tragedia, incluidos 43.000 refugiados que precisan protección internacional.
Para brindar ayuda a los refugiados, en su mayoría venezolanos, haitianos y cubanos,, y a las comunidades que los acogen, ACNUR solicitó a los donantes internacionales 3,21 millones de dólares.
La asistencia que provee el organismo a las personas más vulnerables incluye transferencias de fondos y suministros esenciales.