Damasco. El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, exigió este sábado a Israel cesar “de inmediato” sus bombardeos sobre territorio sirio, calificándolos como “violaciones continuas y crecientes de la soberanía” del país árabe. La petición ocurre tras una ofensiva particularmente intensa que incluyó más de 20 ataques aéreos, algunos de ellos cerca del palacio presidencial en Damasco.
Los bombardeos israelíes, según Tel Aviv, tienen como objetivo proteger a la minoría drusa —una comunidad religiosa esotérica del islam— tras enfrentamientos sectarios que dejaron 119 muertos esta semana, en su mayoría combatientes drusos, de acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Desde la caída del régimen de Bashar al Asad en diciembre, Siria está gobernada por una coalición rebelde dominada por antiguos islamistas vinculados con Al Qaeda, lo que ha generado nuevas tensiones en un país aún marcado por más de una década de guerra civil.
Israel justificó sus ataques alegando la protección de la comunidad drusa en el sur del país y señaló que no permitirá que fuerzas sirias se establezcan al sur de Damasco. Sin embargo, líderes locales han negado que exista un despliegue israelí en la zona de Sueida, bastión druso en Siria.
Uno de los ataques israelíes impactó una zona cercana al palacio presidencial de Ahmed Al Sharaa, el nuevo presidente interino, lo que el gobierno sirio calificó como una “peligrosa escalada”.
Pedersen condenó enérgicamente la situación en la red social X, exigiendo respeto al derecho internacional y protección a la población civil.
Los bombardeos se producen en un contexto de violencia sectaria desatada por un presunto mensaje blasfemo difundido en redes sociales, que encendió los enfrentamientos en Jaramana y aumentó las tensiones en un país multiconfesional que aún no logra la estabilidad tras el colapso del régimen anterior.
Desde 2011, Israel ha ejecutado centenares de bombardeos en Siria, en el marco de una guerra que, tras casi 14 años, continúa dejando estragos y alimentando el riesgo de un conflicto regional mayor.