El jueves, agentes de seguridad en Texas interceptaron un avión de hélice que cruzaba la frontera ilegalmente desde México y arrestaron a dos figuras prominentes del narcotráfico: Ismael «El Mayo» Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, en un aeropuerto municipal cerca de El Paso.
El hijo del infame capo del Cártel de Sinaloa planeaba entregarse voluntariamente, mientras que Zambada fue engañado para abordar el avión bajo el pretexto de una visita a bienes raíces en el norte de México, según informaron dos funcionarios y dos exoficiales estadounidenses a Reuters.
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El arresto de Zambada fue resultado de extensas negociaciones entre las autoridades de Estados Unidos y Guzmán López. Las autoridades estadounidenses, que habían perdido la esperanza de que Guzmán López se entregara, recibieron una sorpresa cuando éste envió un mensaje de último minuto indicando que llegaría «con un jefe», a quien las autoridades habían estado persiguiendo durante décadas.
«El Mayo fue la cereza del pastel», comentó un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato. «No era lo que se esperaba», agregó.
Guzmán López convenció a Zambada para subir al avión diciéndole que volaban para ver propiedades inmobiliarias en el norte de México, lo que facilitó la captura de ambos traficantes.