Las instalaciones médicas, los campos de desplazados y la infraestructura civil crítica han sido atacados en medio de los enfrentamientos entre el ejército sudanés y las opositoras Fuerzas de Apoyo Rápido, que duran ya más de un año. La situación humanitaria se deteriora cada vez más en la región. En Sudán, 18 millones de personas pasan hambre y cinco millones están al borde de la hambruna.
Los enfrentamientos entre el ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido se han intensificado en El Fasher, la capital del estado de Darfur del Norte, cerrando el cerco de la guerra sobre la población civil, advirtió este jueves la coordinadora residente de la ONU para Sudán.
En un comunicado, Clementine Nkweta-Salami destacó el terrible deterioro de la situación humanitaria en la región de Darfur, en el occidente sudanés, agudizado por más de un año hostilidades.
Nkweta-Salami señaló que los combatientes no permiten que las familias, incluidos los niños y ancianos, salgan de El Fasher en busca de seguridad.
“Estamos recibiendo informes profundamente preocupantes de que las instalaciones médicas, los campos de desplazados y la infraestructura civil crítica han sido atacados por las partes en el conflicto”, apuntó.
Sin alimentos ni servicios básicos
La responsable de la ayuda humanitaria en Sudán detalló que muchas zonas de El Fasher se han quedado sin electricidad ni agua y que cada vez es más la gente que no puede adquirir alimentos, además de que el acceso a la atención sanitaria y otros servicios esenciales es muy limitado.
“Después de más de un año de conflicto brutal, las familias han agotado sus escasos recursos y su resiliencia se está erosionando con cada día de violencia”, afirmó.







