El crecimiento del comercio mundial perderá impulso en el segundo semestre de este año y seguirá siendo escaso en 2023, ya que múltiples perturbaciones pesan sobre la economía mundial, como las repercusiones de la guerra en Ucrania, según las últimas previsiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La institución ha advertido que no se deben imponer restricciones comerciales que, en última instancia, se traducirían en un crecimiento más lento y en un descenso del nivel de vida.
Se estima que el volumen del comercio mundial de mercancías crecerá un 3,5% en 2022, es decir, algo más que el 3,0% previsto en abril. Sin embargo, el volumen se ralentizará hasta el 1% el próximo año, lo que supone un fuerte descenso respecto al 3,4% estimado anteriormente.
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Precios altos e inflación
Se prevé que la demanda de importaciones se debilite al ralentizarse el crecimiento en las principales economías por diferentes motivos, según la Organización.
En Europa, los elevados precios de la energía resultantes de la invasión rusa de Ucrania reducirán el gasto de los hogares y aumentarán los costes de fabricación.
En Estados Unidos, el endurecimiento de la política monetaria afectará al gasto en áreas en las que cuentan los tipos de interés, como la vivienda, los vehículos de motor y las inversiones fijas.
China también sigue luchando con los brotes de COVID-19 y las interrupciones de la producción, junto con la debilidad de la demanda externa.
Preocupación por los países en desarrollo
Mientras tanto, los países en vías de desarrollo podrían enfrentarse a la inseguridad alimentaria y a las dificultades de endeudamiento a medida que aumenten las facturas de importación de combustibles, alimentos y fertilizantes: otro impacto de la guerra en Ucrania.
En general, los precios de la energía se dispararon un 78% interanual en agosto, según las previsiones. Los precios de los alimentos aumentaron un 11%, los de los cereales un 15% y los de los fertilizantes un 60%.
Además, muchas divisas han caído frente al dólar en los últimos meses, otro factor que encarece los alimentos y el combustible.