Las perturbaciones climáticas en Brasil, Colombia y Perú están dejando a los niños sin educación, alimentos y otros servicios vitales, mientras los ríos alcanzan niveles devastadores.
Mientras la Organización Meteorológica Mundial informaba este jueves que, a casi dos meses de que acabe el año, el 2024 va camino de convertirse en el más cálido de la historia*, UNICEF destacaba uno de los efectos de ese calentamiento: la sequía en tres países de la región amazónica están dejando sin comida, agua y educación a 420.000 niños.
La falta de alimentos causada por la sequía del cambio climático aumenta el riesgo de malnutrición, retraso del crecimiento y emaciación, y muerte en los niños, sobre todo en los menores de 5 años, mientras que la escasez de agua, agravada por las sequías, puede provocar un acceso más precario al agua potable y un aumento de las enfermedades infecciosas.
Las investigaciones también han descubierto que las mujeres embarazadas que sufren sequías tienen más probabilidades de tener hijos con menor peso al nacer.
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La sequía, sin precedentes desde el año pasado y que ha dejado los ríos de la cuenca del Amazonas en su nivel más bajo, está afectando gravemente a los niños y las comunidades ribereñas e indígenas de Brasil, Colombia y Perú, donde las familias dependen de esos caudales para transportar y acceder a alimentos, agua, combustible y suministros médicos básicos, así como para desplazarse a la escuela.
Los servicios esenciales, como la sanidad, la educación y la protección de la infancia, así como los medios de subsistencia de la agricultura y la pesca, también se ven gravemente alterados en la región, poniendo vidas en peligro.