La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (OCHA) ha emitido una advertencia urgente sobre la agudización de la crisis alimentaria en la Franja de Gaza, donde la hambruna amenaza ya a una cuarta parte de la población. Este anuncio se produce en un momento crítico, mientras las conversaciones para un alto el fuego en El Cairo, entre Israel y Hamas, enfrentan un nuevo obstáculo tras la negativa de Hamas de proporcionar una lista completa de rehenes vivos, llevando a Israel a boicotear las negociaciones.
Según Jens Laerke, portavoz de OCHA, la guerra en Gaza ha provocado una catástrofe humanitaria, con 2.2 millones de personas en riesgo inminente de hambruna. La declaración oficial de hambruna, un estado que ya afecta prácticamente a medio millón de personas en Gaza, se ve obstaculizada por criterios técnicos complejos, mientras la situación empeora rápidamente.
Las conversaciones en El Cairo, que cuentan con la participación de Estados Unidos y Qatar, se consideran cruciales para alcanzar un acuerdo de paz. Sin embargo, la ausencia de una delegación israelí ha complicado el proceso. A pesar de la presión internacional y el llamado de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, para un alto al fuego inmediato, las negociaciones parecen estancadas.
La guerra, que se ha extendido por cinco meses, ha dejado un saldo devastador, con más de 30,000 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, y alrededor de 1,160 víctimas en Israel. Los ataques han desplazado a miles y han deteriorado aún más las condiciones de vida en Gaza, dificultando el acceso a alimentos y suministros esenciales.
Mientras tanto, Estados Unidos ha intentado mitigar la crisis lanzando desde el aire raciones de comida, en un esfuerzo por garantizar un mínimo de sustento a la población asediada. Esta medida se suma a los llamados internacionales para proteger a los civiles y facilitar el acceso humanitario seguro.
La situación en Gaza se encuentra en un punto crítico, con la comunidad internacional observando atentamente el desarrollo de las conversaciones de paz y la respuesta humanitaria a una de las crisis más graves de la región en los últimos años.