En un reciente informe oficial de trabajo revelado este martes, China ha fijado su objetivo de crecimiento económico para el año 2024 en aproximadamente un 5%, una cifra que coincide con la del año anterior y se alinea con las previsiones de los analistas. Este anuncio se produce en un momento crucial, mientras el país busca equilibrar el crecimiento con los desafíos internos y externos.
Para alcanzar este objetivo, el gobierno chino anticipa un déficit presupuestario del 3% del PIB, una reducción respecto al 3.8% revisado del año pasado. Una medida notable en la estrategia fiscal de China para este año incluye la emisión de 1 billón de yuanes (aproximadamente 139 mil millones de dólares) en bonos especiales del Tesoro, que tradicionalmente se mantienen fuera del presupuesto ordinario.
La Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo de China, escuchará el primer informe de labores del primer ministro Li Qiang durante su reunión anual en Beijing, marcando un momento significativo para la orientación política y económica del país.
El informe subraya los principales objetivos de desarrollo económico y social del gobierno chino para el próximo año, incluyendo un ligero aumento en la cuota de emisión de bonos especiales para gobiernos locales, fijada en 3.9 billones de yuanes frente a los 3.8 billones de yuanes de 2023.
China también ha establecido un objetivo de inflación del 3% y se propone crear más de 12 millones de empleos urbanos en 2024, manteniendo la tasa de desempleo urbano en torno al 5.5%.
A pesar de una expansión del 5.2% en 2023, la economía china sigue enfrentando desafíos significativos, incluida una fuerte dependencia de la inversión estatal financiada por crédito. Esto ha generado interrogantes sobre la sostenibilidad de su crecimiento a largo plazo, especialmente considerando el desvanecimiento del efecto base positivo de 2022, que estuvo marcado por la pandemia del COVID-19.
El país está bajo presión para abordar varios problemas económicos críticos, como la crisis inmobiliaria, la deflación, la volatilidad del mercado de valores y el creciente endeudamiento de los gobiernos locales. Estos desafíos requieren de políticas estratégicas que aseguren una base sólida para el futuro económico de China.
Analistas sugieren que China podría necesitar rebajar sus expectativas de crecimiento anual en el futuro para abordar desequilibrios estructurales profundos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento del PIB chino del 4.6% para este año, anticipando una disminución gradual hasta aproximadamente un 3.5% hacia 2028.