La comisión estima que todas las subregiones tendrán un menor crecimiento en 2023 en comparación con 2022.
Así, América del Sur crecerá un 0,6% en 2023 (por un 3,8% en 2022), el grupo conformado por Centroamérica y México aumentará en un 2% (en comparación con un 3,5% en 2022) y el Caribe (sin incluir Guyana) subirá un 3,5% (con un 5,8% en 2022).
La ralentización en América del Sur se produciría por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política doméstica tiene para apuntalar la actividad.
En el Caribe la desaceleración se debe principalmente al impacto de la inflación tanto en los ingresos reales, y con ello el consumo, como en los costos de producción, con un efecto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como de turismo.
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Si bien el crecimiento de este año representa una contracción respecto a 2022, para las economías de América Central y México se han dado en algunos casos revisiones al alza respecto de lo que la CEPAL previó a fines del año pasado. Esta situación se debe al crecimiento de los Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países, que afectaría tanto al sector externo como al consumo privado.
La proyección de crecimiento de 2023 para la región está sujeta a riesgos a la baja ante la posibilidad de que resurjan y se acentúen las turbulencias del sistema bancario global -o del sistema financiero en su conjunto- lo que resultaría en un endurecimiento más persistente de las condiciones financieras mundiales, con los consecuentes impactos sobre el acceso y costo de financiamiento.