Las sacudidas telúricas en ese país y la vecina Siria continúan causando nuevos muertos, heridos y afectados. La ONU sigue desplegando toda la ayuda de la que dispone distribuyendo artículos básicos para la supervivencia de cientos de miles de personas.
Mientras el número de víctimas mortales de la catástrofe sísmica del 6 de febrero supera las 41.000 en Turquía, han declarado este martes que 1,5 millones de personas se han quedado sin hogar en el sur del país, donde será necesario construir al menos 500.000 nuevas viviendas.
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«Esto lo convierte claramente en la mayor catástrofe sísmica de la historia de Turquía y quizás en el mayor desastre natural al que se haya enfrentado nunca el país», declaró la representante residente en Turquía del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Louisa Vinton.
Otros dos seísmos de 6,4 y 5,8 grados en la escala de Richter causaron el lunes seis muertos más en la frontera entre Turquía y Siria. «Otras 294 personas resultaron heridas y algunos edificios se derrumbaron en la región de Hatay y en la costa mediterránea», añadió la responsable del PNUD.