Madrid. La Unión Ciclista Internacional (UCI) acusó al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, de “instrumentalizar el deporte con fines políticos” y poner en riesgo la seguridad de los corredores, tras las multitudinarias protestas contra la presencia del equipo Israel Premier Tech en la Vuelta a España.
En un comunicado difundido horas después de que Sánchez expresara su “admiración” por las movilizaciones a favor de Palestina y en contra de Israel, la UCI denunció que la carrera “se ha visto perturbada casi a diario por acciones militantes, con intrusiones en el pelotón, lanzamiento de objetos y caídas que obligaron a ciclistas a abandonar”. El organismo calificó estas acciones como “una grave violación de la Carta Olímpica y de los principios fundamentales del deporte”.
La UCI lamentó que Sánchez y su equipo hayan respaldado a los manifestantes y advirtió que esta postura “pone en duda la capacidad de España para acoger grandes eventos deportivos internacionales en condiciones de seguridad”. Subrayó que el deporte debe mantenerse autónomo y no ser usado como plataforma política.
Por su parte, el presidente español reiteró que su gobierno rechaza la violencia y expresó respeto tanto por los ciclistas como por la sociedad civil movilizada. Además, propuso a la comunidad internacional la expulsión de Israel y Rusia de todas las competiciones deportivas hasta que cesen la guerra en Gaza y la invasión de Ucrania.
La respuesta desde Tel Aviv no se hizo esperar. El ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, acusó a Sánchez de haber alentado las protestas y lo responsabilizó de la cancelación de la última etapa en Madrid. “Hace unos días lamentó no tener una bomba atómica para detener a Israel. Hoy anima a los manifestantes a salir a la calle. Vergüenza para España”, afirmó.