La llegada de Marcelo Gallardo a River cambió las energías. Luego de dos años y medio fuera del club y una aventura en Arabia Saudita que no terminó de funcionar, el Muñeco, el entrenador más ganador de la historia del equipo argentino, con dos CONMEBOL Libertadores incluidas, en 2015 y 2018, llegó para pisar fuerte y dejar de lado las últimas temporadas en las que el Millonario quedó lejos de posicionarse entre los mejores equipos del mundo como estaba acostumbrado.
Aterrizó en agosto del 2024 y su llegada pareció ser un imán de grandes nombres. La tendencia tiene varios significados. Jugadores que ya trabajaron con él, como Germán Pezzella, deciden volver por la confianza que construyeron juntos y lo que transmite tenerlo a él al mando. Y otros, como Fabricio Bustos, Maximiliano Meza o Marcos Acuña, apuestan a su prestigio y a todo lo que suele rodear al Muñeco: títulos, exigencia y mejoras en los rendimientos, tanto individuales como grupales.
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«Estar ocho años y medio significó un gran desgaste. Todo ese tiempo estuvimos muy enfocados en la construcción de un club que crece día a día. Eso generaba un compromiso muy importante. Tenía que sentir ese deseo. Y hoy me encuentro en ese momento, tengo muchísimas ganas. A veces es bueno salirse y tener una visión desde afuera. Tuve que hacer un reacondicionamiento de mi vida», dijo Gallardo en su presentación, hace un semestre.
Fuente: FIFA






