Ciudad de México – La prolongación de la llamada cuesta de enero hasta febrero se ha hecho evidente con el reciente aumento en la demanda de financiamiento por parte de los hogares mexicanos, según datos del Banco de México (BdeM). El saldo vigente de los créditos destinados al consumo otorgados por la banca comercial registró un notable incremento de casi el 16%, mientras que el portafolio vencido experimentó un aumento superior al 25%.
Este fenómeno refleja los efectos combinados del bajo dinamismo de la actividad económica en enero y un repunte de la inflación, lo que resultó en una disminución del poder adquisitivo de las personas. Los préstamos de consumo, que incluyen tarjetas de crédito, préstamos personales y aquellos descontados a través de nóminas, se han convertido en herramientas clave para que las familias enfrenten sus obligaciones financieras y mantengan su nivel de vida.
Al cierre de febrero, el saldo de este tipo de financiamientos alcanzó la cifra de un billón 424 mil 435 millones de pesos, un incremento del 15.9% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este incremento destaca el segundo nivel más alto para el portafolio vigente de los préstamos de consumo desde diciembre de 1994.
El saldo vencido de estos créditos también mostró un aumento significativo, llegando a 43 mil 624 millones de pesos, lo que representa un 28.8% más que en febrero del año pasado. Este incremento en los créditos vencidos pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los consumidores para cumplir con sus compromisos financieros en el contexto actual.
El análisis desagregado revela que el segmento de tarjetas de crédito tuvo un incremento del 16.8% en su portafolio, con un saldo vencido que aumentó en más de 50% respecto al año anterior. Los préstamos de nómina y personales también mostraron aumentos significativos tanto en el saldo vigente como en el vencido.
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, subraya que el mayor recurso al crédito por parte de los hogares no necesariamente indica una recuperación de la capacidad de consumo, sino más bien una estrategia para compensar la pérdida de poder adquisitivo debido al incremento de la inflación y la contracción de la actividad económica observada en enero.
Estos indicadores del Banco de México subrayan las complejas dinámicas económicas que enfrentan los hogares mexicanos, en un entorno donde el acceso al crédito se convierte en un mecanismo vital para mantener el consumo ante factores adversos como la inflación y la desaceleración económica.