Haití enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes después de que pandilleros armados atacaran las dos cárceles más grandes del país, liberando a cerca de 4,000 prisioneros. El gobierno ha respondido con un estado de emergencia de 72 horas y un toque de queda nocturno, en un esfuerzo por restaurar el orden y perseguir a los fugitivos.
En un intento desesperado por recuperar el control de las calles después de un violento fin de semana, el gobierno de Haití ha impuesto un toque de queda nocturno y declarado un estado de emergencia de 72 horas. Pandilleros armados asaltaron los dos penales más grandes del país, desencadenando una fuga masiva de prisioneros y sumiendo al país en una profunda crisis de seguridad.
El estallido de violencia, que se cobró la vida de al menos nueve personas, incluidos cuatro policías, desde el jueves, marcó un nuevo punto bajo en la espiral de violencia que enfrenta Haití. Los ataques coordinados por pandillas contra instituciones estatales, incluido el aeropuerto internacional y el estadio nacional de fútbol, han dejado a la nación caribeña en estado de conmoción.
El ministro de Finanzas, Patrick Boivert, quien actúa como primer ministro en funciones, anunció que se han ordenado a las fuerzas de policía emplear «todos los medios legales a su disposición» para hacer cumplir el toque de queda y detener a los criminales. Mientras tanto, el primer ministro Ariel Henry se encuentra en el extranjero buscando apoyo para un plan de despliegue de una fuerza de seguridad con el respaldo de las Naciones Unidas para estabilizar la situación.
El ataque más impactante ocurrió en el Penal Nacional el sábado por la noche, donde casi todos los 4,000 reos lograron escapar. La prisión, normalmente abarrotada, amaneció vacía el domingo, con un escenario desolador de pertenencias esparcidas y sin guardias a la vista. Entre los pocos que decidieron quedarse en la prisión se encontraban 18 exmilitares colombianos, acusados de participar como mercenarios en el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
La situación en Haití sigue siendo tensa, con comunidades enteras atrincheradas tras barricadas improvisadas y el gobierno luchando por restaurar el orden. La crisis subraya la grave situación de seguridad en el país y plantea interrogantes sobre la capacidad del estado para enfrentar el creciente poder de las pandillas criminales.
La crisis en Haití ha escalado a niveles alarmantes, con la fuga masiva de prisioneros y la violencia desenfrenada representando desafíos significativos para la estabilidad del país. El gobierno se esfuerza por responder a la situación, buscando apoyo internacional y tomando medidas drásticas como el toque de queda. Sin embargo, el camino hacia la recuperación parece largo y lleno de obstáculos, mientras Haití lucha contra el poder creciente de las pandillas y busca restaurar la paz y el orden en sus calles.







