Casablanca. Cuatro años después de huir de Afganistán ante la toma del poder por parte de los talibanes, jugadoras de la selección nacional femenina volvieron a representar al país en un torneo internacional, ahora bajo el nombre “Mujeres Unidas de Afganistán” y en calidad de refugiadas.
El equipo participa en el certamen amistoso FIFA Unites: Women’s Series 2025, organizado por la FIFA en Marruecos y en el que también compiten Chad, Libia y Túnez. El torneo comenzó el domingo y marca el primer paso de las futbolistas en su lucha por ser reconocidas nuevamente como selección nacional.
“Es realmente emocionante vernos, abrazarnos y finalmente jugar juntas”, expresó la capitana Fatima Haidari, quien reside en Italia. “Siempre puedes superar los desafíos y nunca rendirte”.
Las jugadoras, su ex capitana y activista Khalida Popal, así como organizaciones de derechos humanos, impulsaron durante años la iniciativa ante la suspensión del deporte femenino en Afganistán desde el retorno del régimen talibán en 2021.
“Después de cuatro años y algunos meses, las chicas están jugando como el equipo afgano, pero sin título”, señaló Popal, quien subrayó que el torneo “no es suficiente”, aunque representa “un buen comienzo”.
El último partido oficial de la selección femenina se disputó en 2018.
Las jugadoras escaparon de su país con riesgo de persecución, quemando incluso sus uniformes para evitar ser identificadas. Muchas se refugiaron en Australia, mientras otras viven en Europa y Estados Unidos.
La FIFA organizó visorias en Australia e Inglaterra para conformar un grupo de 23 jugadoras, explicó la directora técnica Pauline Hamill.
“Volver al campo para estas jugadoras es una gran victoria. Este torneo nos permite ilusionarnos con el futuro”, afirmó.
A pesar de las obligaciones de la federación afgana para evitar discriminación, el organismo no ha sido suspendido por la FIFA y no reconoce al equipo femenino, lo que impide su participación en eliminatorias mundialistas o torneos de Asia.
En mayo, la FIFA aprobó una estrategia de apoyo al futbol femenino afgano, aunque el reconocimiento total aún no se concreta. Popal señaló que el objetivo es contar con una federación independiente que garantice la protección y voz de las jugadoras.
“Nuestras futbolistas han luchado por ese derecho durante tanto tiempo”, recalcó.
En su primer partido del torneo, Afghan Women United cayó 6-1 ante Chad en Casablanca. El gol del honor fue de Manozh Noori.
Para el equipo, los resultados deportivos son secundarios frente al mensaje que buscan enviar.
“Me siento libre como mujer, con una vida normal, con la posibilidad de soñar”, dijo Haidari. “Llevo los sueños de todas las niñas y mujeres de Afganistán que quieren jugar”.







