Los chicos desaparecieron el 8 de diciembre en Guayaquil después de un partido de futbol, cuando una patrulla militar los detuvo acusándolos de robo. El 24 de diciembre se encontraron sus cadáveres calcinados y con señales de tortura. La dependencia de la ONU para los derechos humanos en la región pide que se enjuicie a los responsables y se garantice la no repetición.
El Estado ecuatoriano debe investigar lo ocurrido con los cuatro niños víctimas de desaparición forzada tras su detención por parte de miembros de las fuerzas armadas en Guayaquil, enjuiciar a todos los responsables y tomar medidas para garantizar la no repetición de situaciones como esta, puntualizó este viernes el representante de ONU Derechos Humanos en Sudamérica.
Jan Jarab afirmó que, al igual que la sociedad ecuatoriana, la Oficina de la ONU está conmocionada por los hechos, que constituyen una violación grave de los derechos humanos.
Los cuatro menores afrodescendientes de entre once y 14 años, desaparecieron el 8 de diciembre en Guayaquil después de jugar un partido de futbol, cuando una patrulla militar los detuvo acusándolos de robo, un cargo que luego fue desmentido por la Fiscalía, que no encontró pruebas que sustentaran el cargo.







