La propina es una gratificación voluntaria generalmente económica por un servicio recibido, principalmente en actividades que implican una atención directa a las personas consumidoras como en restaurantes, bares, servicios turísticos y hoteles.
El artículo 10 de la Ley Federal de Protección al Consumidor establece que: “Los proveedores no podrán aplicar métodos o prácticas comerciales coercitivas y desleales, ni cláusulas o condiciones abusivas o impuestas en el abastecimiento de productos o servicios”, es decir, que la propina es voluntaria y no pueden incluirla en la cuenta ni obligar a los consumidores a pagarla.
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La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda siempre revisar cuidadosamente la cuenta y en caso de notar cargos que no reconocen, preguntar inmediatamente de qué se trata.







