Nintendo ha recortado su previsión de beneficios operativos para el año fiscal que concluirá en marzo de 2025, proyectando 360,000 millones de yenes (aproximadamente 2,360 millones de dólares), un 10% menos de lo estimado previamente. Esta cifra queda por debajo de las expectativas de los analistas, quienes esperaban ganancias cercanas a 391,400 millones de yenes, reflejando la desaceleración en las ventas de la consola Switch.
La emblemática consola, lanzada en 2017 y ahora en su octavo año de vida, vendió 4.7 millones de unidades en la primera mitad del año fiscal, frente a los 6.8 millones vendidos en el mismo período del año anterior. Este descenso marca un desgaste en la demanda de la Switch, que había sido uno de los mayores éxitos de Nintendo en la última década.
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Como resultado, Nintendo ha reducido su previsión anual de ventas de la consola a 12.5 millones de unidades, un ajuste del 7% frente a sus proyecciones iniciales. Esto representa una caída del 20% en comparación con las 15.7 millones de consolas vendidas en el año anterior, una señal de que la compañía enfrenta dificultades para mantener la popularidad de la Switch en un mercado de videojuegos en constante cambio.
Además, la empresa ha ajustado a la baja su pronóstico de ventas de software, reduciéndolo en un 3% hasta 160 millones de unidades. Este ajuste refleja los desafíos de Nintendo para sostener su impulso en el mercado, mientras los consumidores parecen estar a la espera de novedades o nuevas generaciones de consolas.