Fráncfort, Alemania. Europa dio este viernes un paso decisivo en la carrera tecnológica con la inauguración de Jupiter, el primer superordenador europeo de exaescala, instalado en el Centro de Supercomputación de Jülich, al oeste de Alemania. El sistema, capaz de realizar un exaflop de cálculos por segundo, busca reducir la brecha con Estados Unidos y China en el desarrollo de inteligencia artificial (IA) y reforzar las capacidades de previsión climática.
El canciller alemán Friedrich Merz destacó la magnitud del proyecto: “Es como si se utilizaran al mismo tiempo 10 millones de computadoras portátiles convencionales, apiladas hasta una altura de 300 kilómetros”.
El costo total asciende a 500 millones de euros, financiados en partes iguales por la Unión Europea y el gobierno alemán. Su infraestructura, de 3.600 metros cuadrados, opera con 24.000 chips Nvidia, procesadores que dominan actualmente la industria de la IA.
Competencia tecnológica
Hasta ahora, solo Estados Unidos contaba con superordenadores de exaescala —El Capitan, Frontier y Aurora—, todos bajo control del Departamento de Energía. China también posee sistemas similares, aunque sus capacidades permanecen en secreto.
Con Jupiter, Europa suma un nuevo centro a su red de supercómputo, junto con Lumi (Finlandia), Alps (Suiza), Leonardo y HPC6 (Italia). Expertos consideran que la máquina es clave para recuperar terreno: mientras en 2024 EE. UU. desarrolló 40 modelos de IA influyentes y China 15, Europa apenas logró tres, según la Universidad de Stanford.
Usos estratégicos
El superordenador no solo servirá para entrenar modelos de IA. Científicos esperan que permita:
-
Pronósticos climáticos más precisos y a largo plazo, de hasta 30 o incluso 100 años.
-
Simulaciones cerebrales avanzadas para apoyar investigaciones médicas sobre enfermedades como el Alzheimer.
-
Modelos energéticos, como el análisis de flujos de aire en turbinas eólicas, útiles en la transición hacia energías limpias.
Consumo y eficiencia
Jupiter consumirá en promedio 11 megavatios de energía, equivalente a lo que requieren miles de hogares o una pequeña planta industrial. Sin embargo, sus operadores destacan que es el más eficiente en su clase, gracias al uso de sistemas de enfriamiento por agua y al aprovechamiento del calor residual para calefacción de edificios cercanos.
“Jupiter es un gran avance en el rendimiento de la computación en Europa”, afirmó Thomas Lippert, director del centro de Jülich, al subrayar que el proyecto es también una apuesta política y tecnológica para garantizar la autonomía digital del continente.